Durante mucho tiempo he buscado respuestas a mis más profundos dolores, o “quiebres” (como le llamamos en coaching), emprendiendo un viaje magistral hacia mi misma. En ese viaje pude encontrar algunas respuestas, pero otras no, al parecer no estaba preparada conscientemente para encontrarlas, entonces entendí que necesitaba un guía, un mentor que me acompañara a descubrir y explorar esos terrenos que eran totalmente desconocidos para mí y fue de las mejores experiencias de mi vida.
A veces hay que viajar solos, pero otras veces debemos estar acompañados por una persona que se conecta con tus mayores dolores, no te juzga, te escucha profundamente, te abre puertas para que continúes tu camino, te observa, siente contigo y lo más importante, da todo de sí desde una compasión infinita para que encuentres en lo más profundo, aquello por lo que hoy sientes la necesidad de empezar tu viaje al interior de tu ser.
Antes de empezar, quiero decirte que a veces buscar solos es dar vueltas en el mismo lugar durante mucho tiempo, y no está mal buscar ayuda.
Estaré esperándote con todo mi equipaje listo para acompañarte a escuchar aquellos temas que te inquietan y que desees trabajar para abordarlos y programar un proceso privado con un objetivo claro y un número de sesiones que acordemos juntos.